Vdias y Vueltas - Capítulo VIII - Londres

martes, 13 de octubre de 2009
La familia llegó al aeropuerto de Londres muy temprano y se hospedó en el Hotel Mount Royal, sobre la calle Oxford frente al Hide Park.

Aunque estaba muy cansada, Martha se moría por dar una vuelta por la ciudad. Decidieron entonces tomnar un buen baño y salir a desayunar.

La ciudad era como se la imaginaba, calles entreras con casas todas similares, frentes de ladrillo, ventanas bllancas con vidrios repartidos y columnas a ambos lados de las puertas.

Llegaron al Palaacio de Buckngham y se detuvieron a ver el cambio de guardia, empero había comenzado a llover y hacía mucho frío y les fue imposible ver la ceremona porque había muchosz turistas pegados a las rejas.

Vivir en Londres es caro y gran partew de la gente vive en las afueras. La mayoría de los edificios de la ciudad son propiedad de la corona, empero se pueden adquirir por muchos años y luego pasan a ser nuevmaente parte de su patrimonio.

Las plazas son privadas, están enrejadas y permnaecen cerradas porque son para uso exclusivo de sus dueños, gente que vive en los alrededores que paga altos impuestos para acceder a este privilegio.

A la hora de mayor tránsito, por la calle Oxford sólo circulan taxis y los buses de dos pisos, que son tan característicos en esa ciudad.

Siguiendo el recorrido, pasan por las grandes tiendas Selfedges, Debenham, y D.H.Evans, entre otras, llegando finalmente a Par Lane.

Bordeando el Hide Pxrk pueden apreciar las lujosas mansiones, embajadas y el famoso Hotel Rochester, el más lujoso de la ciudad.

Por la calle Brompton llegan a Harrod´s, un edificio imponjente con una arquitectura de más de cien años.

Harrod´s es una tienda deslumbrante. Su decoración y la abundancia los dejw perplejos. Alfombras suntuosas, flores y plantas por toda s partes, arañas de cristal, espejos, algo que les cuestya mucho describir.

En la Planta Baja está la perfumería con todo lo imaginable, y en otro sectorr se encuentran comestibles de todo el mundo y una gran rotisería con los manajres más exquisios.

El edificio tienbe varios pisos a los que se puede acceder con escaleras mecánicas, y en el último se encuentra el suntuoso restaurante donde se quedan a comer.

Luego, vuelven al hootel en un taxi.

En Londres sólo deberán permanecer siete meses; la casa que será su hogar está en las afueras y es maravillosa.


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Extraido de Psicologia Malena